miércoles, 26 de septiembre de 2012

Vista aerea de Buenos Aires en los años 1920 a 1930

Avenida Alvarez Thomas y avenida Forest 

Avenida Belgrano a la altura de o que hoy es Puerto Madero

Barrio de Belgrano, vista de la iglesia La Redonda 

Buenos Aires, Balneario Municipal. 

Congreso de La Nación 

El Hipódromo Argentino de Palermo 

El Hospital Pirovano. 

El edificio Barolo ubicado en avenida de Mayo 

La Plaza de Mayo, desde uno de los laterales 

La rotonda de los lagos de Palermo 

La zona de Tigre, desde el aire. 

Las instalaciones de la Rural

Mar del Plata, rambla y Playa Bristol

Obras de rectificación del Riachuelo

Olivos

Pabellón Argentino en Plaza San Martín 

Penintenciaria Nacional, hoy plaza Las Heras 

Playa La Perla, Mar del Plata

Plaza Colón y teatro

Plaza Lavalle

Plaza Libertad 

Puente Alsina. Riachuelo

Recoleta 

Retiro

Una vista de Vicente López

Vista de Plaza Once 

Vista de la Plaza de Retiro 

Vista parcial de lo que hoy es Puerto Madero 

Lagos de Palermo
Eran bohemios, audaces, aventureros y capaces de subirse a cualquier avioneta para aprender el oficio de fotografiar desde el aire. Eran los años 20, se sabía poco de este arte y había escasas imágenes panorámicas de la Ciudad de Buenos Aires. Por tal motivo el trabajo que realizaron durante años Juan Bautista Borra y Enrique Broszeit tiene hoy singular importancia ya que sirve para observar y comparar diferentes escenas y lugares. Iniciándose como el asistente del piloto inglés Sydney Holland, Borra tomó las primeras imágenes asomándose por los costados de las avionetas biplaza de la época. 

Promediada la década del 20 y Broszeit también daba los primeros pasos en la fotografía área. "Los dos se conocieron y se hicieron amigos durante toda la vida", dice hoy el arquitecto Juan Carlos Borra, al hablar de la amistad entre su padre y Broszeit. "Ninguno de los dos era piloto, estaban como intrusos en ese mundo, unidos por la relación que tenían con los pilotos de la época, la mayoría de ellos eran extranjeros", cuenta. Las cámaras que utilizaban los jóvenes amateurs eran Contessa Nettel, Voigtlander y Zeiss Ikon. "Todas de mano, fotografía oblicuas, amateur, no tenían idea de lo que hacían y nunca imaginaron que hacían algo que hoy resulta valioso", resalta Borra. Todas las imágenes estuvieron en poder la familia Borra y nunca se publicaron. Pero desde 2006, luego de una presentación en el Congreso de Historia de la Fotografía en Rosario comenzó a divulgarse y tomó estado público.

 "La familia no le dio uso comercial, al contrario, desde la ponencia quedó claro que la difusión era libre. El ambiente del coleccionismo es tan cerrado y egoísta que tratamos de hacer lo contrario: que sean gratuitas para que se usen y se conozcan", destaca Borra.

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